Semana Santa Egabrense

Cabra es ciudad de Semana Santa. La importante realidad de sus veintiocho Cofradías, la Agrupación de cofradías que las representa y coordina, el ambiente cofrade que se vive en toda la ciudad, son muestras de una fiesta de marcada relevancia declarada de Interés Turístico Nacional en 1989.

Santísimo Cristo del Socorro (Vulgo Silencio)En cuanto a las imágenes que se procesionan, cabe destacar las más antiguas como la Virgen de la Soledad, el Santísimo Cristo del Calvario, Nuestro Padre Jesús del Perdón, el Santísimo Cristo del Socorro (Vulgo Silencio), Nuestra Señora de la Esperanza, el Santísimo Cristo de la Sangre, Nuestro Padre Jesús amarrado a la Columna, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia en sus burlas y coronación de espinas, Nuestro Padre Jesús Preso, Nuestro Padre Jesús Nazareno o Nuestra Señora del Socorro. Algunas de ellas atribuidas a Pedro de Mena, José de Mora o Salcillo.

Las más recientes como el Misterio de la Oración en el Huerto, el Lavatorio, la Virgen del Rosario, la Virgen de la Paz, el Misterio del Sagrado Descendimiento, el Misterio del Santo traslado al Sepulcro o Jesús Resucitado, son también obras de destacados imagineros como Juan Manuel Miñarro, Manuel Escamilla, Martínez Cerrillo, Fernando Aguado o Antonio Bernal. Junto a estos nombres hay que destacar la labor de imagineros egabrenses como Salvador Guzmán, Campos Serrano o Antonio Albornoz, entre otros. Entre las piezas de orfebrería destaca la magnífica urna del Santo Sepulcro; piezas como palios, cruces de guía, respiraderos, candelabros o coronas, realizadas por orfebres como Manuel de los Rios, Villarreal, Díaz Roncero o hermanos Lama.
Nuestro Padre Jesús de la Penas y Oración en el huerto Los bordados realizados por los antiguos talleres de los conventos de las Dominicas o de las Agustinas egabrenses, se complementan por otros de las Filipenses de Sevilla, las Clarisas de Alcaudete o los talleres de Cristino Lastres o Antonio Villar, entre otros. Durante ocho intensos días las calles de Cabra se llenan de esplendor y emoción, en los que las Cofradías salen en estación de penitencia, contando con la masiva participación de un pueblo volcado con su Gran Semana Santa.

Nuestra Señora de la MisericordiaEl Domingo de Ramos, por la mañana, la iglesia del convento de Monjas Agustinas Recoletas, abre sus puertas para asistir a la procesión de las Palmas que acompaña al paso de la "Pollinita", numerosos niños vestidos de hebreos inician sus primeros pasos cofrades. Por la tarde la Parroquia de la Asunción, entre el bello campanario y por una calle Mayor llena de la historia, abre paso a la Cofradía del Huerto que procesiona el Misterio de la Sagrada Oración del Señor, a la que siguen el Misterio de la Cofradía del Lavatorio de Jesús a sus discípulos y desde la antigua ermita de Santa Ana, hoy parroquia de los Remedios, más popularmente conocida como La Soledad, el palio de la Virgen de la Misericordia con San Juan Evangelista.

Nuestra Señora del Rosario, Madre de la IglesiaEl Lunes Santo la Cofradía del Calvario procesiona desde la Parroquia de los Remedios, el Misterio del Cristo del Calvario con la Santísima Virgen de la Concepción y San Juan Evangelista a sus pies y el palo de la Santísima Virgen del Rosario, en una simbiosis de armonía y belleza que es esperada por todo el Pueblo. Desde la Parroquia de la Asunción, templo cofrade por excelencia, la noche acogerá el sonido de los tambores "enlutaos" que acompañan al Cristo de la Sangre en un Via-Crucis penitencial que transcurre por las calles del antiguo Barrio del Cerro.

Nuestra Señora la Santísima Virgen de la PazLa noche del Martes Santo, se procesiona una cofradía pura de barrio como es la del Santísimo Cristo de la Sentencia en sus burlas y coronación de espinas y Nuestra Señora la Santísima Virgen de la Paz desde la Parroquia de San Francisco y San Rodrigo en la popular barriada de la Virgen de la Sierra o más conocida como "Gargallo", donde numerosos egabrenses se trasladan a las calles del barrio para presenciar la procesión. En la tarde del Miércoles Santo, la plaza del antiguo Convento Dominico, recibe la majestad del Señor de las Necesidades (Señor de las Tres Gracias), una de las grandes devociones egabrenses, cuyo paso es una verdadera obra de arte, con cuatro arcángeles pasionistas, atribuidos por algunos a La Roldana. Tras El Señor de las Necesidades, sale desde la iglesia de las Madres Escolapias, la Santísima Virgen del Buen Fin de la Cofradía de los Estudiantes.


Ya en la madrugada del Jueves Santo y desde el Colegio de la Fundación Termens, regido por las Hijas de la Caridad, se inicia el Via-Crucis de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración, entre
Nuestra Señora la Santísima Virgen de los Remedios
el recogimiento de sus numerosos hermanos y devotos. Amanece el Jueves Santo, a eso del mediodía,  procesiona el Misterio del traslado al Santo Sepulcro, siendo sus Sagrados Titulares, la Santísima Virgen de la Piedad y el Santísimo Cristo del Amor. Inicia el recorrido entre las palmeras y el antiguo Castillo de la Villa Vieja, en la que se encuentra la parroquia de la Asunción. Esta dolorosa fue traída por las Carmelitas Descalzas para la fundación de su convento. En la tarde, se inician las procesiones con la Archicofradía de la Vera Cruz, decana de las hermandades egabrenses y una de las más antiguas de toda Andalucía. Al paso de la Cruz de los "novios" sigue Nuestra Señora de los Remedios, con su majestuoso manto de cola bordado en oro. Le sigue Jesús Preso, conocido como el Señor de las Multitudes donde Judíos, añafiles, estandartes y capuchones se unen al cortejo y participan en el desfile previo a la procesión que convoca a los egabrenses para participar en la misma. También sale esta noche la cofradía de Nuestro Padre Jesús amarrado a la Columna, en un misterio atribuido a Salcillo y el fabuloso palio de Nuestra Señora de la Caridad, acompañada por San Juan Evangelista. Cierra la tarde del Jueves Santo el palio verde de la Santísima Virgen de la Esperanza que sale desde Santo Domingo y que con su belleza, irradia las calles de Cabra de fervor y devoción.

Nuestro Padre Jesús de la Humildad y PacienciaA la una de la madrugada del Viernes Santo las puertas de Santo Domingo se abren para presenciar la salida de la Cofradía del Silencio. El Santísimo Cristo Crucificado del Socorro, cuya devoción es también destacada, recorre la Ciudad entre el rezo del Via-Crucis y el silencio y la sobriedad que destacan en su estación penitencial, acompañada de numerosos alumbrantes y devotos. Los penitentes llevan cruces de penitencia y cadenas, que junto a las negras túnicas de cola, imprimen un sello característico a esta cofradía. A las seis de la mañana, todavía con las sombras de la noche, se inicia la procesión de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, imagen que representa el momento de la espera del Señor antes de la crucifixión y los numerosos capuchones van rezando el Via-Crucis al que siguen unos antiguos y tradicionales "motetes" que son interpretados al final de cada estación. Pocas horas más tarde el pueblo vuelve a congregarse ante la Parroquia de la Asunción para ver salir a Nuestro Padre Jesús Nazareno, a la Santísima Virgen del Mayor Dolor y a la Nuestra Señora del Rocío de Pasión. La riqueza de la túnica del Señor, bordada en oro y la Cruz de Plata que lleva sobre sus hombros se unen a los diferentes estilos de las dos imágenes de la Virgen que lo acompañan.

La joven hermandad del Sagrado Descendimiento, cuyos titulares el Santísimo Cristo de las Almas y María Santísima del Desconsuelo y Lágrimas, junto con el imponente Misterio ponen el broche de oro
a la tarde-noche del Viernes Santo.

Nuestra Señora de las AngustiasLa noche del Viernes Santo se llena de luto para presenciar el paso de tres cofradías de gran solera y brillantez. El paso de la Santísima Virgen de las Angustias con el Cristo Yacente es uno de los máximos exponentes del taller granadino de José de Mora. Su Cofradía, primitiva Casa de los Siervos de María, que reside en el Monasterio de Agustinas Recoletas, es acompañada por un tramo de hermanas con mantilla, así como por soldados romanos que escoltan el trono. El Santo Entierro de Cristo es procesionado por la Hermandad del mismo nombre a la que se fusionó hace años el Imperio Romano. La urna del Santo Sepulcro es una joya de la orfebrería egabrense, de estilo renacentista, cuya tapa contiene relieves de escenas de la Pasión y un templete con la Virgen Dolorosa que remata Jesús Resucitado. En las esquinas cuatro pináculos de plata y oro, que fue ejecutado por el platero Bernabé de Oviedo en 1752. Cierra el cortejo la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, cuya titular se procesiona en un artístico palio y con bordados de singular interés. Apenas se asiste a la presencia de la Virgen de los Dolores en la Carrera Oficial cuando desde el Convento de las Agustinas sale la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, Nazareno blanco de las Agustinas, cuya hermandad rinde culto a un Nazareno de las Recoletas y realizan la estación de penitencia rezando el Via-Crucis en un magnífico paso dorado y al que acompaña una decuria de Romanos de la propia Cofradía.

Nuestra Señora de la Soledad y Quinta Angustia
La mañana del Sábado Santo aglutina las devociones de paisanos y extraños, dándose cita los más afamados cantaores de Andalucía para cantar saetas a Nuestra Señora la Santísima Virgen de la Soledad y Quinta Angustia, bellísima imagen atribuida a Pedro de Mena. Desde las diez y media de la mañana, desde la conocida parroquia de "La Soledad", luciendo un precioso manto bordado por las Agustinas Recoletas egabrenses hace más de un siglo. La gran afluencia de personas acompaña en todo el recorrido a esta imagen, la más venerada de cuántas se procesionan en la Semana Santa de Cabra. Cierra la noche del Sábado Santo el palio de Nuestra Señora del Socorro, imagen granadina con la singularidad de representar una iconografía bastante rara, al estar vestida como sacerdotisa. El palio y manto están profusamente bordados. El cielo se inunda con las muchas saetas y la gente acompaña hasta el final a esta cofradía, cuya recogida en la Asunción es el broche de la Semana de Pasión egabrense.


Nuestro Padre Jesús ResucitadoLa procesión del Resucitado, explosión festiva de la Pascua de Resurrección en Cabra, constituye una de las más coloristas expresiones de la celebración pascual. Tras la Santa Misa de Pascua, todas las cofradías egabrenses participan en la procesión con sus respectivas túnicas, enseres, banderas y estandartes. La Agrupación General de Cofradías, desde su fundación en 1944, se encarga de esta procesión, que despide una Semana Santa llena de intensas vivencias cofrades e indescriptibles momentos de fervor y devoción populares.