La Virgen de la Sierra es patrona de la ciudad de Cabra
(Córdoba), España, desde el año 1908 y alcaldesa perpetua, desde el 8 de
septiembre de 1958. Fue coronada canónicamente con carácter pontificio, por privilegio
otorgado por S.S. El Papa San Juan Pablo II, el día 4 de junio de 2005, en una
gran ceremonia que tuvo como padrinos a numerosas autoridades civiles y
eclesiásticas así como a la Infanta Margarita. El día más esperado para todo
egabrense, es el 4 de septiembre donde miles de romeros acuden al picacho donde
tiene su santuario la Santísima Virgen para que a las 4 de la tarde comiencen a
repicar las campanas y salga la Reina de Cabra por la pequeña puerta de su
"Casita Blanca" para comenzar así la tradicional "Bajá"
donde a hombros de sus costaleros, entre miles de personas de distintas partes
de la geografía andaluza y española, caballistas y en un paraje casi divino de
chaparros y olivos es bajada a la ciudad para así poder celebrar las fiestas en
su honor.
Sobre la imagen
La imagen esta tallada en madera policromada, de estilo
gótico arcaico, cuya autoría se data a finales del siglo XIII, constituyendo de
este modo una de las imágenes más antiguas de la diócesis cordobesa. Se muestra
en postura hierática regida por la frontalidad, boca pequeña, nariz recta y
fina, y ojos grandes de color azul verdoso. De talla completa y tamaño menor
que el natural representa a la Madre de Dios de pie, cubierta con túnica roja y
manto azul ceñidos a la cintura, siguiendo en la policromía la línea
tradicional del estilo gótico. El Niño Jesús que sostienen las manos de la
Virgen no corresponde al estilo de esta sino que es posterior, tratándose de
una talla en madera, de un gran valor artístico, policromada de estilo barroco
fechado en el siglo XVII.
La historia se remonta a los comienzos del cristianismo, el
santo Isicio o Hesiquio, discípulo del apóstol Santiago, desempeñando funciones
episcopales, entró en Egabro (actual Cabra), predicando las doctrinas del
Evangelio, siendo recibido por sus moradores con gran entusiasmo, entonces les
mostró y entregó una imagen de la Santísima Virgen, que labrada por el propio
evangelista San Lucas le había dado San Pablo, recibiéndola los habitantes de
Egabro con gran alegría. Esta imagen fue primeramente colocada en una casa, y
luego, cuando fue destruido el templo a la diosa fortuna y edificada en su
lugar una iglesia, en ella fue colocada y venerada. El décimo obispo en ocupar
la sede episcopal egabrense fue Arcesindo y a él se le atribuye la ocultación
de la Imagen de la Virgen en una cuerva de la Sierra, en el año 714, cuando
ante la invasión musulmana, en la batalla de Guadalete, cayó la monarquía
visigoda con su último rey Don Rodrigo, en manos del Islam.
Antes de 1240, la imagen de Nuestra Señora de la Sierra fue
encontrada por un cautivo cordobés que había escapado de su cautiverio al
proponerle insistentemente su amo que renegara de su fe cató
lica y abrazara el
islam. El lugar del hallazgo fue una gruta que está situada en lo alto de la
más escarpada cara del picacho de la Sierra de Cabra. La misma cueva donde fue
ocultada en siglos anteriores. El día 15 de agosto de 1240 las tropas de
Fernando III, el Santo, recuperan la villa de Cabra para la corona
castellano-leonesa, es entonces cuando el cautivo se apresura a bajar a la
villa recién conquistada para contar al rey lo que le había sucedido. En vista
de lo que le habían contado el Rey consultó al obispo que estaba allí cerca y
decidieron encaminarse en comitiva al picacho a orar ante la Virgen. Una Vez
habían orado ante la sagrada imagen le ofrecieron la bandera de combate y la
caja guerrera que habían arrebatado a los moros en la batalla, que hoy en día
en la bandera y tambor que anuncian días antes por las calles de Cabra la
llegada de la Patrona.
Hermandades Filiales
La Real Archicofradía Matriz de Nuestra Señora María
Santísima de la Sierra Coronada, cuenta en la actualidad, con Hermandades
Filiales en: Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) con más de 70 años de
existencia, Sevilla, Málaga, Madrid y Nueva Carteya (Córdoba).
Estas corporaciones, aparte de mantener viva la devoción a la talla y a la advocación de la Venerada Imagen, organizan Romerías al Santuario de la Virgen, y envían representación a la Solemne Procesión del día de su Onomástica (8 de septiembre), aparte de mantener sus respectivos Cultos Internos y Externos.